Las cantidades de dinero que desde los países empobrecidos salen para las arcas de los países ricos en concepto de pago del servicio de la deuda externa, limita sus posibilidades de desarrollo, impidiendo que esas cantidades se inviertan en recursos para acabar con la pobreza en la que vive su población.
Según Naciones Unidas, haría falta sólo 1/4 parte de lo que se paga en servicio de deuda para garantizar el acceso a la educación básica, a una infraestructura sanitaria, a una alimentación adecuada y agua potable a todos los seres humanos.
Sorprende saber que en cómputo de deuda se incluye la deuda ilegítima, es decir, aquélla que se otorgó a países con regímenes dictatoriales, cuya población, además de tener que sufrir las terribles represiones que protagonizaron sus mandatarios sobre ellos, nunca se han beneficiado de esas créditos.
Si echamos la vista atrás en la historia somos deudores de los países en desarrollo...
...por el expolio histórico y presente de sus recursos naturales,
...por la apropiación intelectual de los conocimientos ancestrales,
...por el uso y degradación de sus tierras, agua y aire para proyectos de exportación que amenazan su derecho a la alimentación y soberanía alimentaria,
...por la libre utilización del espacio ambiental global para depositar nuestros residuos,
...y por nuestra responsabilidad en el cambio climático.
Genial la entrada, genial el enfoque y geniales los Doors...¡¡:)!!
ResponderEliminarUn saludo